Visitamos la planta de la firma creada por EcoAislación, como una forma de seguir ampliando el espectro de servicios relacionados a la construcción amigable con el medio ambiente.
La empresa surgió de la búsqueda de una nueva unidad de negocios, que les permitiera ampliarse sin abandonar el compromiso ambiental. «Dimos comienzo a una nueva marca para poder abrir el espectro en el mundo de la sustentabilidad», indicó Rodrigo Lucero, socio fundador.
Cabe destacar que EcoAislación es una empresa que se dedica a la fabricación de aislante térmico y acústico a base de fibra de celulosa reciclada, que comenzó a funcionar en 2015. Con esta nueva marca, la empresa apuesta por un futuro con más construcción sustentable, a partir de la fabricación de perfiles y paneles para la construcción en seco.
«A partir del año pasado empezamos con el panelizado y fabricación de perfiles para el Steel Frame. Lo que hacemos es calcular ingeniería, fabricar paneles y darle recursos y beneficios a las obras de montaje», describió Lucero.
Construcción sustentable: cómo es el proceso productivo de los materiales
El primer paso es la descarga y el acopio de los papeles a reciclar, la materia prima con la que la empresa fabrica sus materiales. «Detrás de esto hay una investigación grande de toda la parte administrativa de la empresa, que se encarga de ver cuál el papel seleccionado que necesitamos. No puede ser húmedo y estar sucio. Tratamos de mantener la calidad de todo el proceso», afirmó.
La planta selecciona específicamente los insumos con los que realizará sus materiales para la construcción, con la decisión de mantener la máxima calidad, seguridad y, fundamentalmente, los beneficios de aislación que caracteriza a la empresa.
«Un aislante tiene que tener muchísimas propiedades y una de ellas es que sea retardante del fuego. Todo eso se logra en el proceso productivo», remarcó Lucero. En ese sentido, comentó que, tras recibir la materia primera, se realiza un proceso de trozado para su posterior vinculación con las sales minerales, que le otorgan esta propiedad al material, además de que sea insectida, repela a los insectos y roedores y evite la formación de hongos.
«Una vez que separamos lo que nos sirve, pasamos al empaquetado y en el proceso ya sale el proyectado. Es producto empaquetado y nosotros fabricamos un pegamento que, en la proyección, humecta todo el aislante de celulosa y se va adhiriendo a cualquier superficie», agregó.
La prueba de calidad
La etapa de control es fundamental en proceso productivo. «Cada cierta cantidad de bolsas fabricadas hacemos un control a pie de máquina, para ver si el producto cumple con las condiciones de ser un retardante de fuego. Esas muestras tienen una trazabilidad que nos permite tener un control de todas las bolsas que mandamos a cualquier punto del país o al exterior», detalló Lucero.
El aislante de celulosa, garantía de confort
«Es el único aislante que en la ecuación precio- calidad, cumple con el 100% de todo. Otorga confort térmico, acústico y, sobre todo, durabilidad en el tiempo, ya que protege la casa de la condensación, la humedad y evita que se aniden insectos», explicó.
Asimismo, dijo que este tipo de aislación se diferencia de los materiales convencionales como la lana de vidrio, principalmente, en su carácter sustentable y ecológico.
En ese sentido, destacó que «hay pocos aislantes que pueden hacer lo que hace el proyectado de celulosa, que es barrer de una sola pasada todos los espacios vacíos, lo que permite eliminar todos los puentes térmicos y acústicos, un factor que con la colocación de un rollo se complica mucho más».
Viviendas sustentables, de la mano de EcoInc
La empresa realiza envíos a diferentes puntos del país de los materiales para la construcción, con un estudio detallado de lo que el cliente necesitará para emplazar la obra.
«La principal ventaja de este sistema es la exactitud total en costos. Enviamos la ingeniería exacta del sistema para que el cliente sepa lo que va a gastar en estructura de acero», valoró Lucero.
