En el marco de las opciones que ofrece Paraná y sus alrededores para el turismo en vacaciones de invierno, conocimos los humedales del Paraná. Un escenario natural en el oeste de la ciudad que merece ser descubierto por vecinos, vecinas y turistas.
El turismo sustentable en Entre Ríos propone la visita al humedal más extenso del planeta. Un escenario que propone contemplar flora y fauna autóctonas, visitar el Islote Curupí, realizar paseos en canoas de madera y guías de pesca deportiva. El proyecto llevado adelante por Cuidadores de la Casa Común cuenta con el apoyo de la Fundación Eco Urbano y del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia.
Luis “Cosita” Romero es pescador artesanal, maestro de Cuidadores de la Casa Común y baqueano del río desde hace más de 40 años. Expresó que, en su mayoría, quienes visitan los humedales son los mismos vecinos y vecinas de la ciudad de Paraná que, aún encontrándose a pocas cuadras del centro, no conocen un paisaje natural que merece ser cuidado y protegido.
El humedal se extiende a lo largo y ancho de 2500 hectáreas. Se trata del más grande del mundo, abarcando desde el Río de la Plata hasta el pantanal de Mato Grosso.
La preocupación por la bajante histórica del río Paraná
Romero definió a la situación actual como muy preocupante, teniendo en cuenta que no hay registros históricos que evidencien una bajante similar en la historia que se conoce. Son dos años consecutivos en los cuales la fauna se ha visto muy afectada. “Los peces son los que más sufren el estrés hídrico, ya que se reproducen en el cauce principal del río. Cuando el ecosistema pierde el dinamismo, se pierde la biodiversidad”, expresó.
A la preocupación por la bajante, el baqueano sumó la preocupación por las quemas intencionales de pastizales que se realizan en la zona con una frecuencia lamentable y no sólo provocan daños en la biodiversidad sino que también expulsan a la fauna local.
“Es necesario nivelar los niveles de extracción con la naturaleza”
Otra de las prácticas que afecta significativamente al río es la extracción de peces. “En 20 años se extrajeron 248 millones de kilos de pescado del río. Así no es posible que sea sustentable y no solamente se está sacrificando un recurso natural sino que además se perjudica el trabajo de los pescadores, porque el rendimiento del río no alcanza a satisfacer todas las necesidades”, señaló Romero. Además, señaló la importancia de que se comience a dejar de lado una mirada mercantilista del río y los frigoríficos “comiencen a producir sus propios peces para nivelar con la naturaleza”