Leandro Erba, socio de Grupo Bolatti y Erba, nos mostró el interior de su taller donde está llevando a cabo un proyecto personal. «Es una una réplica de un avión de Aeronca Champ que se llama Fisher Horizon 1», afirmó.
En su taller, el empresario realiza un ambicioso proceso de armado de un avión experimental, con la particularidad de utilizar sólo madera. Se trata de una réplica de un avión canadiense, que originalmente estaba fabricado con tubos y tela.
«Compré los planos e hice todo: los palitos están todos cortados por mí. De lo que era el avión original, prácticamente conserva todas las medidas y se readapta para madera», indicó Leandro, quien aseguró que hay cerca de 30 o 40 ejemplares similares que están volando en el mundo.
Según contó, la madera utilizada tiene particularidades especiales. Se trata de una madera de pino Hemlock, que tiene «una veta muy finita que permite que tenga la rigidez necesaria y es como si fuese el hierro en una viga».
La aeronave está en avanzado estado de armado. Cuenta con algunos bulones y soportes de alas y montantes, pero en su totalidad está realizado en madera, un método muy llamativo y que requiere de gran trabajo y dedicación. La capacidad es para dos pasajeros, es decir, el piloto y un acompañante.
«Se pliega y se puede guardar en un garage»
Erba contó que la estructura es versátil y tiene la posibilidad de plegar las alas hacia atrás para que el avión quede «de tres metros» aproximadamente, lo que le permitiría guardarlo con comodidad en un garage de tamaño promedio.
«Esa es una de las de las cosas lindas que tienen estos aviones. La mayoría se pliega, es característico», destacó. Además, dijo que adquirió un motor Rotax, que «es exclusivo para aeronáutica».
¿Por qué se llaman aviones experimentales?
«Un avión es experimental porque lo hacés en tu casa, lo hace una persona que no necesariamente sea ingeniero aeronáutico. Sí hay tres controles de la ANAC -Administración Nacional de Aviación Civil-, que viene y te inspecciona al principio cuando empezás. En enero hicieron la segunda inspección y este avión ya está habilitado para hacer todo lo que es el entelado y la puesta de motor. La próxima vez que venga el inspector, el avión ya va a estar en marcha, listo para volar», detalló.
Un avión para distraerse
Leandro contó que está trabajando en el avión hace aproximadamente 4 años y que estima que pueda finalizarlo el próximo año. Sin embargo, aclaró que el tiempo de armado es relativo, ya que, en su caso, alterna sus obligaciones laborales con el trabajo en el taller, que realiza por placer.
«La idea es que este avión sirva para vuelo recreativo, una forma de esparcimiento para los fines de semana. Hacer alguna pequeña navegación o ir a algunos encuentros. Hay uno que se hace en General Rodríguez, provincia de Buenos Aires, donde hace un año estuvimos con este mismo avión y la verdad es que fue una sensación», indicó.