Visitamos un campo de un productor de la Cooperativa Guillermo Lehmann y Santiago Roldán, ingeniero Agrónomo y gerente de Agroinsumos, nos brindó detalles de las expectativas de producción.
La Cooperativa Guillermo Lehmann es una organización de productores agropecuarios que trabaja por y para productores agropecuarios desde hace más de 70 años. Brinda servicios relacionados con acopio de granos, consignación de hacienda, fabricación y venta de alimentos balanceados, comercialización de agroinsumos, multiplicación y venta de semillas, expendio de combustibles, entre otras actividades.
Su trayectoria evidencia una marcada sintonía con los principios esenciales del cooperativismo, buscando mejorar la calidad de vida no sólo de sus asociados sino también de sus familias, sus asesores técnicos, sus equipos de trabajo y agregando valor en las distintas comunidades con las que diariamente se relaciona comercial y socialmente.
De recorrida por uno de los campos de la cooperativa, Roldán habló sobre las cualidades del trigo de esta campaña y qué se prevé para los siguientes meses. Asimismo, destacó el gran valor de los agricultores, quienes apuestan cada vez más a invertir para la incoporación de tecnología que les permita mejorar sus rindes.
Sobre este punto, describió: «Vemos que el productor está haciendo cosas que quizás años atrás no hacía; por ejemplo, el productor empezó a medir el contenido de nutrientes que tienen los suelos, está implementando las variedades de punta que existen, entre otras cuestiones».
«Hoy, para hacer agricultura, hay que hacerla bien. Y eso se repite en los productores de los lotes más exitosos, que son los que arrancan con una buena planificación y culminan con un buen planteo, con todos los condimentos que tiene que tener un buen cultivo», comentó Roldán.
La esperanza de que llegue la lluvia
«Estamos muy contentos de que el productor en esta región pudo sostener el nivel récord que tuvimos hace tres campañas, cuando habíamos logrado un muy buen nivel de implantación de trigo. El año pasado tuvimos la sequía y este año es como que recuperamos hectáreas por dos motivos: necesidad financiera y la decisión del productor», agregó el ingeniero.
En ese sentido, explicó que se lograron sembrar más que nada ciclos intermedios y cortos en la región, muy pocos largos, y que la fenología del trigo muestra que están «cerrando el macollaje y entrando en lo que se llama espiga embuchada, que es un momento crítico del trigo donde nuevamente miramos para arriba y esperamos lluvia».
«Acá hace falta agua y nitrógeno, que son tan importantes para la productividad del cultivo de trigo. La esperanza está en una lluvia para poder recomponer por ahí los perfiles tanto para la gruesa pero también para asegurar la productividad del trigo», afirmó.