DeLaval Argentina explicó los motivos de su cierre en El Trébol

José Camoletto, Gerente Comercial de la empresa, aseguró que la decisión responde a una «estrategia global» de la firma sueca, líder en el mundo en la fabricación de equipos de ordeñe y otras maquinarias para la industria lechera.

La noticia del cierre de DeLaval en El Trébol, Santa Fe, se conoció este martes 28 de noviembre. La empresa comunicó a sus empleados la decisión de cesar sus actividades en la planta que originariamente perteneció a Juan Bautista Bosio S.A., una firma pionera en Sudamérica.

Al respecto, Martín Bustamante TV se comunicó con José Camoletto, Gerente Comercial de DeLaval Argentina, quien indicó que el cierre se corresponde con los nuevos horizontes de desarrollo a los que apunta la empresa a nivel global, ligados a la automatización de procesos, robotización, software e inteligencia artificial aplicada a los tambos.

Según se aclaró, esos desarrollos de tecnología no se producían en El Trébol y, por consiguiente, la empresa tomó la determinación de cesar sus actividades con la correspondiente indemnización a los 42 trabajadores que cumplían funciones en la planta.

El cierre se da en el contexto de la nueva perspectiva empresarial, que hace algunos años comenzó a cesar sus actividades en aquellas plantas en las que no se producía alta tecnología y se fabricaban componentes básicos para actividades del ordeñe tradicional.

«Es una decisión tomada a nivel global, que fue tomada por el board de DeLaval en Suecia y responde al seguimiento de una visión estratégica que tiene la compañía para los próximos 10 años, orientada hacia la producción de alta tecnología», indicó Camoletto.

Asimismo, destacó el valor de los trabajadores, quienes «son mano de obra muy calificada y personal de alta calidad, muy buena gente». «Han sido muy valorados por De Laval que, lamentablemente, tomó esta decisión del cierre debido a que los productos que se hacían en El Trébol ya dejan de estar en el foco de desarrollo de la empresa, que está migrando toda su matriz productiva hacia a la tecnología», agregó.

La adquisición de Bosio, una pyme familiar que compitió con la multinacional

En 2001, el Grupo Treta Laval adquirió la empresa que había comenzado su actividad en 1904 en El Trébol. Se trató de una pyme familiar que en sus inicios se dedicó a la herrería y carpintería. Con el paso del tiempo, empezó a tomar contacto con el agro, a través de la fabricación de repuestos y maquinaria agrícola.

Para la década de 1950, Bosio incursionó en una nueva unidad de negocios: la fabricación de equipos de ordeñe mecánico, un producto que hizo que la empresa creciera de gran manera y se convirtiera en el principal competidor de la multinacional que, años más tarde, la terminó adquiriendo a través de DeLaval Holding BV.

«Bosio era una empresa que tenía una gran porción del mercado y DeLaval, por suerte, tomó el guante cuando la empresa estaba en dificultades y mantuvo todos los puestos de trabajo para continuar con el desarrollo. Fuimos los primeros en introducir un robot en la Argentina», comentó Camoletto.